La importancia de la lectura en los niños pequeños
Por: Ana Laura
Delgado, directora general Ediciones Naranjo
La discusión sobre qué tanto o para qué le sirve la
lectura al niño es añeja y son muchas las respuestas. Hay quienes no le dan
valor alguno y hay otros que la consideran la gran solución, la panacea, que
incluso piensan que quien lee será mejor persona. Lo cierto es que los
beneficios de la lectura son personales, cada ser humano es individual e
irrepetible, y lo que a uno beneficie o perjudique de cierta manera al otro,
seguramente, le causará efectos muy distintos. Así pues no hay recetas ni
reglas escritas.
Aun así, siempre con tiento, y procurando no caer en
generalizaciones podemos enumerar muchos beneficios:
A través de la lectura podemos obtener información, nos
hace reflexionar, desarrollar la memoria, la capacidad de observación y la de
análisis, y nos obliga a poner atención, a concentrarnos.
Con la lectura ampliamos nuestro vocabulario, mejoramos
nuestra ortografía y aprendemos las estructuras sintácticas, con lo cual tanto
la expresión oral y como la escrita, se enriquecen, y con ello nuestra capacidad
de organizar conceptos, pensamientos, ideas, sensaciones y sentimientos, y
transmitirlos.
Al leer nos vemos obligados a seguir el curso de un
historia, la sucesión de ideas, a darles coherencia, a ubicar personajes y
escenarios, a establecer relaciones temporales y espaciales, con lo cual
desarrollamos la lógica y la agilidad de nuestra mente para establecer
conexiones.
Gracias a la lectura nos ponemos en contacto con lugares,
gentes y costumbres lejanas en el tiempo o en el espacio, lo cual nos lleva a
la recreación, a la fantasía, a experimentar lo que sienten o piensan otras
personas, a escuchar otras voces, a desarrollar el criterio, a aceptar la
diversidad y la pluralidad de opiniones, a entender la condición humana, a
ampliar horizontes.
La lectura aumenta nuestro bagaje cultural, nos
proporciona información y conocimientos, promueve nuestra curiosidad científica
y nos despierta nuevos intereses y aficiones.
Al estimular nuestros sentimientos y emociones, la lectura provoca el desarrollo de nuestra sensibilidad artística, del sentido estético, de la creatividad y de la capacidad de apreciar, y disfrutar el entorno.
Al estimular nuestros sentimientos y emociones, la lectura provoca el desarrollo de nuestra sensibilidad artística, del sentido estético, de la creatividad y de la capacidad de apreciar, y disfrutar el entorno.
La lectura nos hace gozar y sufrir, nos enriquece y nos
transforma, nos entretiene, nos relaja, nos divierte.
Aquí, cabe mencionar el papel que la literatura infantil
ilustrada juega en el desarrollo de ciertas habilidades. La ilustración, además
de estimular la fantasía en ciernes, es un recurso indispensable para el goce
estético de la literatura infantil. La imagen y la palabra son dos funciones
expresivas, que se reflejan y complementan tanto en el desarrollo de la función
idiomática como en la estética. El niño al enfrentarse a un texto ilustrado
desarrollará múltiples capacidades. En primer término a través de ella
descubrirá la relación entre el lenguaje visual y el lenguaje verbal, lo cual
lo llevará a realizar una serie de conexiones. Pero además, poco a poco,
imperceptiblemente, aprenderá a mirar, y esas imágenes entrarán en el
receptáculo de su mente y, junto con las imágenes del mundo que lo rodea, irán
enriqueciendo su bagaje, dándole elementos para el disfrute y la apreciación
estética.
Ahora bien, hay que decir que seguramente después de
todos estos argumentos, habrá quienes aún no queden convencidos de los
beneficios que reporta leer literatura. En la actualidad muchos se inclinan a
pensar que lo importante en la educación de los niños es aprender un segundo
idioma, estar al día en los avances tecnológicos como las computadoras, los
videojuegos, etc., tener un buen nivel en matemáticas. Es decir, todo aquello
que nos reporte un beneficio inmediato, que nos haga competitivos. Y es aquí
cuando hay que insistir en la importancia de la lectura, muchos analistas
plantean que la causa del fracaso de muchos sistemas educativos está
precisamente ahí, en la existencia de profesionistas, con grados de
licenciatura, maestría y doctorado, que leen libros de texto, que leen por
obligación, pero que no son lectores, o sea que leen mal, sin comprender
cabalmente y que a pesar de su alta escolaridad, no han adquirido el hábito y
no han descubierto el placer de la lectura. Pero, qué tiene que ver esto con el
aprendizaje; de hecho ya lo dijimos al mencionar todas las habilidades que la
lectura promueve, pero enfaticemos: en el mundo actual, lleno de información,
con herramientas cada vez más elaboradas para obtener información es necesario
que el individuo desarrolle habilidades cada vez más complejas para tratar con
cualquier tipo de información escrita; para realizar una lectura profunda; para
buscar un dato específico o efectuar una revisión somera; para rastrear una
idea, aprender a encontrar el dato que necesita, averiguar en la gran masa de
informaciones de muy diversa procedencia, cuál es la que le hace falta,
compararla con otra, seguir su rastro; sacar conclusiones parciales; buscar en
fuentes diferente; seguir los hilos de la información; volver sobre la
información reservada; repetir el ciclo una, diez veces; crear documentos
provisionales, difundirlos; recibir las realimentaciones de otros. Al final
—con suerte— comprender, resumir y, en última instancia, construir un
conocimiento. Sí, la lectura es la llave del conocimiento en la sociedad de la
información. Sin la habilidad lectora el individuo no podrá utilizar los
contenidos de esta sociedad de la información —cada vez más grande y
complicada— y construir con ellos un conocimiento que además luego puedan
comunicar. Y la lectura detenida y extensa es la que más forma los hábitos
lectores, los automatismos y las capacidades de una extracción eficiente de
información. Por no hablar de la articulación interior y de la capacidad del
diálogo con los otros. Para educar en la lectura siguen siendo necesarios los
libros, porque los libros son las mejores máquinas de leer.
De esta manera, los libros no van a salvar a la humanidad ni nos darán todas las respuestas, pero son la única herramienta para construir el conocimiento: la lectura nos hará, querámoslo o no, más competitivos.
De esta manera, los libros no van a salvar a la humanidad ni nos darán todas las respuestas, pero son la única herramienta para construir el conocimiento: la lectura nos hará, querámoslo o no, más competitivos.
Más allá de todo esto, en Ediciones El Naranjo sabemos
que los libros a veces son revelación, otras un simple placer sonoro, en
ocasiones un mero deleite visual, otras más, son como un espejo o la traducción
de una sensación, de una intuición, de una ocurrencia… y en muchas, muchas
circunstancias son todo eso y más. Hemos editado textos literarios —cuentos,
novelas y poesía—, textos instrumentales o informativos —sobre las bellas
artes, sobre el mundo animal o de historia—, y en el momento de producir cada
uno de ellos pensamos en todas estas posibilidades.
Así, en libros como ¡Ámame mamá!, No traces en
ese cartón, Ojo rojo, Dos círculos centrados, Un cuadrado, un
círculo y un triángulo, De nada tenemos tres, dirigidos a los más
pequeños,al deleite visual se suma el desarrollo de la imaginación y de la
capacidad de análisis y síntesis de conceptos relacionados con la vida
cotidiana del niño.
La sucesión rítmica y el juego de los sonidos, el fluir
de las palabras y su capacidad de sugerencia, la combinación de sílabas y
vocablos, la repetición, el placer de decir y de oír, en fin, la función lúdica
del lenguaje están presentes enRuge, Arrullo, Abrazo, ¿Qué cosa es esto?, Girando
la vida, El mago abuelo y su chango desaparecido, Digo de noche un
gato, Haikú. Todo cabe en un poema si lo sabes acomodar, Universo de
palabras, Saltatriz y Diminuto, Trenes, El mundo desde mi cometa, Ariles
y más ariles. Los animales en el son jarocho, y Zoóngoro bailongo. Cuentos
de raíz jarocha.
El deleite de la palabra también está Suspiros de
mar, Pessoa. Infancia sin fin,Corazón mío… Versos que laten, Zoológico
de greguerías y Hojas pequeñas del tiempo, pero además en ellos el
lector tendrá la posibilidad de conocer a grandes poetas de la literatura
universal que en ocasiones servirán de espejo a sus inquietudes, o serán revelación
de un mundo diferente o manifestación de sus propias sensaciones.
Nicalás dos veces, Tigre callado escribe poesía,
Conversaciones y discusiones y Una vez un bosque, cada uno en su
genero, son en sí mismos un espacio para la reflexión.
La armónica, La risa de los cocodrilos, Un pueblo lleno
de bestias, La bienvenida, El deseo de Tomás, El Cuentófago, Sucedió
en Alepo, El vértigo, Diario de un desenterrador de dinosaurios, El
arqueólogo Sebastián, Estrellas de vainilla y Para Nina remitirán
al lector, a través de la ficción, a sensaciones, ocurrencias, sentimientos o
ideas propias. Serán, pues, un espejo en el cual mirarse, un referente para
decir lo que cuesta tanto.
El nacimiento de las estaciones. El mito de Deméter y
Perséfone, El increíble viaje de Ulises y Sueño de una noche de
verano de una manera bella y sugestiva, buscan atraer de inmediato la
atención del lector a los clásicos, conectándolo con sus sensaciones,
sentimientos y vivencias, desarrollando sus posibilidades de comprensión y
expresión.
Finalmente la propuesta estética de ¿Jugamos al
teatro?, El mundo del teatro, El mundo de la danza, El mundo de
la pintura, Descifrar el cielo, y Construir nidos, cavar agujeros hace
que estos libros instrumentales tengan, además de su riqueza informativa, un
valor lúdico.
Fomentar la
lectura en los niños. Como empezar a crear el hábito.
Es muy importante fomentar en el niño el hábito de
la lectura, y es ideal comenzar a hacerlo desde muy pequeño, cuanto antes
empieces, mas facil será que lo adquiera.
El mejor momento para leerle, es cuando se va a la cama y
es conveniente hacerlo al menos durante 15 minutos al día.
Así el niño comenzará a hacerse el hábito de la lectura y
será más factible que de grande le guste leer. Cabe recordar que los niños
lectores, tienen luego menos falta de ortografías que aquellos que no
practican la lectura y que se mejora la comprensión lectora.
Para ayudarte en la tarea de formar el hábito de la
lectura en tu hijo puedes tomar nota de los siguientes consejos:
- Sostenlo en brazos o siéntalo en tu regazo al momento de leerle, permítele tocar el cuento y que te ayude a pasar las hojas.
- Sostenlo en brazos o siéntalo en tu regazo al momento de leerle, permítele tocar el cuento y que te ayude a pasar las hojas.
- Trata de hacer divertida la lectura, utilizando diferentes tonos de voz para los distintos personajes y haciendo expresiones con todo el cuerpo.
- Habla sobre las ilustraciones, de esta manera el niño comprenderá mejor de que se trata el cuento
- Muéstrale al niño las palabras, al leer recorre las palabras con el dedo, de esta manera tu hijo comenzará a tener contacto con las letras
- Conforme vaya creciendo, es recomendable que vea ese
hábito en casa. "si tu lees, ellos
leen".
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